Tiene 93 años. Su cuerpo está adornado con serpientes y ciempiés. Durante toda su vida Whang Od ha tatuado a guerreros y a cazadores de cabezas en las montañas de Filipinas.
En la actualidad, jóvenes de todo el mundo peregrinan a la remota aldea de Buscalan. La maestra del tatuaje no necesita mucho para llevar a cabo su arte: carbón de leña, agua, un chorrito de jugo de caña de azúcar, para que posteriormente el tatuaje irradie ese brillo especial, y espinas del naranjo, porque no se oxidan. Ahora, jóvenes de todo el mundo la buscan. Acompañamos a Charly ...
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